domingo, 1 de junio de 2014

Tu hermosa Luz - Helena Andrade


Habibi Habib,

Una bella tarde de Mayo, haciendo una incursión por las escuelas de Yoga de Barcelona, terminé delante de  la ventanilla de la ESCOLA YOGAVIDA.  Sin ánimos de entrar, te veo venir a paso firme. Miraba, por primera vez, tu semblante de cerca. Hermosa cabeza rapada, ojos incisivos…retengo ese momento: por un lado ese magnetismo hacia ti y tu fuerte presencia, y por otro, un encogimiento de mi corazón tan cerrado, por la fuerza y confianza que respirabas.
Mientras me enseñabas la escuela, con el entusiasmo de quien vive un sueño que acaba de materializarse, después de años de sendero, me preguntaba qué edad tendrías…me parecías atemporal, un rostro, cuerpo y espirito sin edad.
Buscaba, por entonces, un camino de compromiso conmigo, con la vida, con el yoga y poder encontrarme con un grupo de trabajo, en esa misma búsqueda. Me apunté ese mismo día a tu Escola sin un segundo de hesitación.
No siempre ha sido fácil estar cerca de tanta Luz…entonces tu luz me deslumbraba, y otras me quemaba. Hoy tu lado luminoso ya no solo me enseña, me acompaña, me estimula, sino sobre todo me inspira, Habib. Eres una fuente de inspiración constante y infinita.
Y quiso el misterio de la vida que además de mi maestro, amigo, hermano, ahora seas mi compañero, y que en este trozo de tu, nuestro camino, tenga la enorme fortuna de acompañarte, y amarte todo lo que pueda y más, en este duro y crudísimo momento que ningún palabra puede describir. Y a pesar de esta confrontación continua con tu dolor, y con mi dolor,  solo sé que quiero Ser contigo todas las horas posibles en tu hermosa compañía, mas allá de nuestras circunstancias y personalidades.
Vivir contigo este proceso es la más elevada enseñanza que hasta hoy, me ha regalado la Vida. Y aunque no te  pueda servir de consuelo, ni de alivio, siento, querer darte el mejor de mí.
Leo y releo este blog… cuanto amor sembrado, queridísimo Habib, y tanto más por seguir sembrando, cuando por fin cierres este “viaje al fin de la noche”... Sigo tu Luz parpadeante y ruego que mi corazón se vuelva infinito y este a la altura del tuyo.  Cuanto falta para llegar a la cumbre de esta escarpada montaña a la que cuanto menos queda, más resalta su crudeza, y más se me entraña tu nobleza y tu dignidad?
Toda mi gratitud, compasión y amor eternos, mi amor. Mi corazón se estremece ante tu dolor… tan acompañado y tan a solas, corazón.

Que cese por fin el caos en tu Ser, y recobres tu paz, y se vuelva leve, y se dé el Milagro que tantos esperamos.. SALUD y SANACIÓN.



que sanes en mis brazos, ames en mis brazos y vivas en mis brazos por muchos y muchos años... y Dios le pondrá el orden, habibi Habib.

Helena